¿Hacia dónde va el comercio justo en España?
[CAT]
Sílvia Torralba | Canal Solidario
En los últimos años ha aumentado el número de tiendas y entidades dedicadas al comercio justo en España. Pero según varias ONG, el movimiento debe reflexionar para saber adónde va y qué hacer en temas como la certificación y la venta.
Desde que en 1995 se puso en marcha la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, esta organización ha sido el espacio de referencia para las entidades que en todo el Estado español trabajan en este ámbito. O por lo menos lo era hasta marzo de 2004.
Hace dos años, el debate entre las organizaciones miembros de la Coordinadora sobre si aprobar o no el llamado sello FLO, que certifica que un producto ha sido elaborado en condiciones justas, rompió el consenso en el seno de la Coordinadora y derivó, en febrero de este 2006, en la creación del Espacio por un Comercio Justo, una plataforma que aglutina una treintena de tiendas, importadores y pequeñas y medianas ONG del sector.
De esta situación parte ¿Adónde va el comercio justo?, un libro publicado por la Red de Consumo Solidario, entidad miembro del Espacio por un Comercio Justo, que pone sobre la mesa las cuestiones más polémicas a las que se enfrenta el movimiento de comercio justo en España y analiza sus retos de futuro.
Según explican los coordinadores de la publicación, Xavier Montagut y Esther Vivas, el objetivo del libro es defender una perspectiva global de comercio justo, que tenga en cuenta la soberanía alimentaria y todo el proceso de producción, distribución y venta de los productos. Sin embargo, en la actualidad hay diversidad de opiniones entre las organizaciones.
Dos ejemplos muy claros de estas dos concepciones sobre qué es comercio justo y cómo se quiere llevar a cabo son los que se refieren al sello FLO y a la venta de productos en grandes superficies. Según la Red de Consumo Solidario y las entidades del Espacio por un Comercio Justo, la iniciativa FLO “sólo certifica las condiciones de trabajo y elaboración de los productos en el Sur” y no tiene en cuenta cómo se ha distribuido y vendido el producto en el Norte.
Esto ha permitido que multinacionales como McDonalds, Nestlé y Procter&Gamble vendan productos que ellos mismos certifican como de comercio justo, sin tener en cuenta el conjunto de sus políticas empresariales, apunta el libro. Asimismo, añade Xavier Montagut en el texto, apostar por el sello FLO significa apoyar únicamente productores del Sur y establecer unas relaciones Norte-Sur, sin tener en cuenta las relaciones Norte-Norte y Sur-Sur.
“No todo vale como comercio justo, aunque se haya producido según sus criterios [los que recoge el sello FLO], porque en el Norte también hay productos con componentes sociales y ecológicos” que necesitan su espacio, afirma Montagut, que apuesta por trabajar con artesanos y cooperativas en lugar de priorizar grandes superficies.
Sensibilizar antes que vender
En cuanto a dónde vender los productos de comercio justo, las entidades también se muestran divididas y, mientras organizaciones más grandes como Intermón Oxfam y Setem apuestan por llevar los productos a supermercados y grandes superficies, además de impulsar campañas de sensibilización ciudadana,
No se trata de vender más a consumidores impulsivos sino de crear consumidores responsables que sepan qué hay detrás de cada producto otras entidades más pequeñas advierten la necesidad de fomentar desde el mismo lugar de compra un consumo responsable, que implique una toma de conciencia por parte de los consumidores.
Esta cuestión va muy ligada a la aceptación o no del sello FLO, una herramienta cuyo objetivo es también aumentar las ventas y llevar sus productos certificados a los supermercados. Según las organizaciones agrupadas en el Espacio por un Comercio Justo, el objetivo debería ser “no vender más a consumidores impulsivos sino crear consumidores responsables que participen en un movimiento amplio y que sólo compren lo que necesitan conociendo qué hay detrás de cada producto”. Para ello, apuntan, es necesario establecer alianzas con cooperativas y pequeños establecimientos, así como apostar por un sello de certificación que, a diferencia de FLO, valore no sólo el momento de producción sino todo el proceso y las políticas y valores de las organizaciones.
Retos del comercio justo en España
Un informe publicado por Sodepaz bajo el nombre de El rompecabezas de la equidad afirmaba hace tan sólo unos meses que entre los puntos débiles del comercio justo en España destacan la escasa cooperación entre las entidades de comercio justo, la existencia de acciones de sensibilización dirigidas únicamente a impulsar la compra de productos, y los pocos estudios para comprobar el impacto del comercio justo en las comunidades del Sur.
Uno de los mayores retos es que las organizaciones de comercio justo trabajen en red
Precisamente estos retos también los refleja Xavier Montagut, presidente de la Red de Consumo Solidario en ¿Adónde va el comercio justo?. Para Montagut, hablar de comercio justo es ir más allá de los productos y trabajar para modificar las reglas comerciales injustas, como presionar para que la agricultura no entre en la agenda de la Organización Mundial del Comercio.
Este trabajo, además, debe ir acompañado de un mayor conocimiento de las entidades del sur por parte de sus homólogas del norte para no distorsionar procesos de desarrollo local; de más alianzas entre las organizaciones en el Estado español, y de mecanismos que permitan la participación de más entidades, como la creación de redes para fomentar las importaciones conjuntas de productos.
“Nos encontramos en un momento crucial para la construcción de nuestro movimiento: u optamos por el fortalecimiento de un movimiento crítico y transformador o corremos el riesgo de hacer del comercio justo un simple instrumento de marketing empresarial al servicio de multinacionales y grandes superficies”, concluye la coordinadora de la publicación Esther Vivas.
Entry filed under: 11 | ¿Adónde va el comercio justo?0, web. Tags: comerç just.