Ni reyes ni súbditos
Esther Vivas | debate on line El País
¿Qué comportamiento debe haber en la Casa del Rey ante el aluvión de críticas?
[pregunta formulada por El País] El viaje del Rey Juan Carlos a Botsuana para cazar elefantes y en el que se rompió una cadera en una caída ha sido considerado un grave error de forma casi unánime, pocas semanas después de que las principales fuerzas parlamentarias expresaran públicamente su respaldo al Monarca -tras haber expresado la Casa del Rey su apartamiento de conductas “poco ejemplares”, en referencia a las presuntas irregularidades del duque de Palma, Iñaki Urdangarin-, y como muestra de apoyo para avanzar hacia un funcionamiento más transparente y austero de la Jefatura del Estado. Desde diversos ámbitos se ha empezado a sugerir desde que el Rey debería pedir disculpas a plantear que debe ir pensando en la abdicación.
Si el cuestionamiento del Rey y la Corona habían sido, durante años, tema tabú, hoy esto se ha roto. Y es que en un contexto donde un 20% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, se recortan servicios públicos y se congelan pensiones en nombre del déficit, cada vez más personas se preguntan por qué mantener con nuestros impuestos a una familia real, que más que ninguna otra institución simboliza los privilegios de unos pocos frente a las obligaciones de muchos.
La aguda crisis económica y social sumada a los escándalos que afectan a la familia real (desde el caso Iñaki Urdangarín, y el papel que juega la Infanta Cristina en la trama, hasta el último episodio de la “caza de elefantes” por parte del Rey, etc.) ha puesto a la monarquía en el punto de mira.
Pero el debate a abordar no es si el Rey tiene que pedir disculpas o abdicar, sino qué modelo de estado queremos. La monarquía es un anacronismo del pasado, que tiene que desaparecer. En el siglo XXI no hay lugar para reyes ni súbditos, aunque más de uno firmaría por mantener a los súbditos aunque fuese sin reyes. República, sí. Derecho a decidir también. Democracia real ya, por supuesto.